LA HOMEOPATÍA, UN CAMINO DESAFÍO ENTRE GLOBULOS

La homeopatía ya no es una palabra nueva para muchos. Atrás quedó el tiempo en que decir homeópata era hablar de algo que pasaba entre lo desconocido y lo inusual. Hoy tenemos la idea de que el homeópata es un profesional que cuida la salud a través de una terapia no invasiva, amigable a los ojos de muchos, y que “sorprendentemente resolvió temas desacreditados” en amigos o familiares. Sigue siendo una visión muy frágil para una terapia exigente con sus profesionales en el sentido del estudio continuo, el carácter investigador y el ejercicio de una filosofía del cuidado que extrapola la técnica y entra en una forma de ejercer la profesión, con un cambio completo de paradigma del ejercicio del cuidado.

La homeopatía como terapia es uno de los herederos más queridos de Hipócrates, el padre de la medicina. Según este gran médico griego, hijo de la isla de Kos en Grecia y nacido en el año 460 a.C., estamos gobernados por una fuerza llamada Physis, que en su concepción amplia, traduce una fuerza universal presente en todas las cosas, y en su concepción particular, recibe el nombre de “vix medicatrix naturae”, o aquel que promueve el orden de funcionamiento de los sistemas vivos, y cuya alteración es responsable de la enfermedad. Hipócrates concibió que actuando sobre esta fuerza se encontraba la verdadera cura.

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El pensamiento hipocrático y el de tantos otros que siguieron en la elaboración de los conceptos de curación y terapéutica, culminaron en la elaboración de los 4 pilares de la Homeopatía definidos por el médico alemán nacido en 1755 llamado Samuel Hahnemann, y considerado el padre de la Homeopatía:

Somos un negocio operado y de propiedad familiar.

1- La experimentación en humanos son: grupos de control humanos considerados en condiciones óptimas de salud, experimentan con medicamentos y manifiestan síntomas que, cuando se presenten en personas enfermas, serán señalados como estimuladores de “vix medicatrix naturae” por ese medicamento.

2- Dosis infinitesimales: cuanto menor es la cantidad de sustancia presente, mayor es el campo biomagnético presente en el medicamento, despertado por la técnica denominada dinamización.

3- Ley de los similares: un estímulo similar y fuerza mayor, estimula la “vix medicatrix naturae”, para anular la que el sistema por sí solo no pudo combatir.

4- remedio único: si estamos hablando de una señal biomagnética, no tiene sentido tratar con una multiplicidad de señales al mismo tiempo.

Gobernado por estas leyes, el homeópata se coloca junto a su cliente en una actitud investigadora continua, similar a un investigador incansable, en busca de la identificación del remedio que despierte una señal vibratoria eficaz sobre la “vix medicatrix naturae” que rige vida y muerte.

Los glóbulos, inocentes de esta fuerza inmaterial, parecen "caramelos" para los niños, por su carácter dulce y juguetón para beber. Pero, estos inocentes glóbulos, llevan consigo la sagrada Physis de la restauración de la salud, promoviendo la unión del ser con el Todo Sanador, del cual él mismo, es también otra chispa de esta Physis.